En Chile, en enero del 2010, el Gobierno cayó en manos de la derecha, después de 20 años de dominio de la Concertación. Lo ilógico de una situación, donde luego de un 80% de aprobación popular a Bachelet, las elecciones son ganadas por Piñera, me hace pensar que Chile se sigue manejando en base a los acuerdos tomados al caer la dictadura, y que la presidencia fue entregada voluntariamente a la derecha.
Recordemos que la Concertación asumió el poder luego de la caída negociada de la Dictadura de 17 años de Pinochet. Ésta negociación dejó varias y lamentables enclaves antidemocráticos en el escenario socio-político chileno, como por ejemplo:
- Inamovilidad de Pinochet como Comandante en Jefe de las FFAA, y la posterior incorporación de éste al Congreso como Senador designado.
- Impunidad para Pinochet por sus violaciones a los Derechos Humanos.
- Una Ley de Educación (la LOCE), promulgada el último día del Gobierno de la Dictadura, que aseguró, entre otras cosas, la libertad de la empresa privada para participar en la enseñanza, en desmedro del sistema público.
… y otros acuerdos políticos difícilmente comprobables. Pues bien, de estos acuerdos oscuros se trata este texto.
Varios hechos me llaman la atención de la última elección presidencial.
Frei, el peor candidato
Primero, que la Concertación, teniendo un altísimo nivel de aceptación popular, no logre, con toda la maquinaria publicitaria del Gobierno y los grandes publicistas y pensadores del conglomerado, traspasar, por lo menos en un alto porcentaje, la popularidad de la Presidenta en las encuestas. Por el contrario ¿qué es lo que ocurre? Promueven, sin mucha lógica y sin ningún tipo de aclamación, a Eduardo Frei, el presidente de la Concertación más criticado por la población.
La movida para levantar a Eduardo Frei fue de hecho una rareza. Meses antes, en las elecciones Municipales de 2008, el Partido por la Democracia (PPD), fija un subpacto electoral dentro de la Concertación, asociándose con el Partido Radical Social Demócrata (PRSD). Ésta movida del PPD, devela un pobre resultado electoral y crisis de imagen de la Democracia Cristiana, asociada en esta votación con el Partido Socialista. Pero meses después, cuando el bloque PPD-PS tenía la preponderancia, dados los resultados del Gobierno, para levantar a su candidato presindencial, que sería a la larga el sucesor de Bachelet, Auth, el presidente del PPD, da su público apoyo al DC Eduardo Frei como “el mejor” candidato de la Concertación.
Como debía haber transparencia, se organizan elecciones primarias en la Concertación para elegir al candidato. Eduardo Frei, apoyado a esa alturas por el PS, el PPD y la DC, se enfrenta a Juan Antonio Gómez, con el solitario apoyo del minoritario PRSD. La primaria se realizaría en 4 votaciones zonales sucesivas. La gracia es que si uno de ambos ganaba alguna de las zonales por un margen definido como suficiente, se declararía automáticamente como ganador, sin necesidad de las siguientes votaciones. Obviamente Frei arrasó en la primera votación, más por el volumen de las bases de los partidos que le apoyaban, que por su propuesta o carisma como político.
Despejado el camino, la campaña fue reñida, y las encuestas nunca favorecieron a Frei. Por primera vez, en 20 años, la Concertación no obtenía la mayoría en una elección presidencial, y el DC pasa a segunda vuelta con una 29%, que hace vislumbrar la derrota en el balotaje. La campaña de la segunda vuelta hizo pensar ¿por qué no se hizo así desde el principio? ¿por qué no se escuchó antes a la izquierda, aglomerada por el ex-PS Arrate? En definitiva, ¿Por qué no se hicieron las cosas bien, siendo en aparencia tan obvios los errores?
El factor MEO
Marco Enriquez-Ominami, previo a las primarias de la Concertación, presentó su intención de representar al PS en la elección. Tras la negativa de la dirección del partido, MEO renuncia a su militancia y presenta una candidatura independiente a la presidencia, de carácter progresista, joven y renovada. Hasta ahí todo bien, no? Pues bien, la dichosa candidatura independiente, que encantó a un gran número de de descontentos simpatizantes de la Concertación, financió su independencia con aportes particulares. Detrás de tdoa esta máquina, se encontraba el ex-revolucionario y actual empresario internador de Coca-Colas a Cuba, Max Marambio. Todavía está todo bien? Bueno, el ahora empresario Marambio tiene estrechos lazos con la familia Cueto, socios y simpatizantes del señor Piñera (el candidato de la derecha). La propuesta ambigüa de MEO (que mezclaba progresismo con libre mercado) se llevó gran parte de los votos de la Concertación y de la izquierda. Finalmente, MEO no pasó a segunda vuelta, y marcó casi hasta el final sus diferencias con Frei, dañando definitivamente las posibilidades de la Concertación. ¿Qué a qué quiero llegar? Al cura de Catapilco, ese candidato fantasma (e independiente) que en la presidencial de 1958, arremetió con cierto impacto en la izquierda chilena, quitándole votos a Allende, lo que permitió que Alessandri ganara la presidencia. De donde salió este candidato? Luego se supo que fue financiado por la derecha de Alessandri.
Joyitas finales
- El día de las elecciones de segunda vuelta entre Frei y Piñera, luego de que la Concertación aceptara inmediatamente después del primer cómputo su derrota, el Senador UDI Hernán Larraín en despacho directo de un canal de televisión afirma respecto al triunfo “hace 25 años que estabamos preparando ésto”. ¿25 años? Eso es 1985, plenamente en la dictadura militar.
- Días después de la derrota, el presidente interino del PRSD, le pasa la cuenta al Ministro de Hacienda, Andrés Velasco, al cerrar la posibilidad de pagar la deuda histórica del profesorado, y por no acceder a eliminar la cotización de salud del 7% de los jubilados. Yo creo que NO PUEDE TENER MÁS RAZÓN.
- Durante los últimos días de su mandato, la Presidenta Bachelet logró el apoyo que se requería en el Congreso para aprobar la nefasta ley que entrega a las quebradas empresas salmoneras miles de hectáreas de mar y tierra firme para que estos espacios sean entregados en “prenda” a la banca extranjera con quienes la empresa del salmon mantienen deudas multimillonarias (por favor ver el blog de Hernán Montecinos). ¿Qué significa ésto? La Concertación, nuevamente, defendiendo a los privados en perjuicio del pueblo, y repitiendo la práctica de las leyes de amarre.
En conclusión, mi opinión personal, pero que no me deja de atormentar, es que otra de las condiciones firmadas por la Concertación al final de la dictadura, era mantenerse por 20 años en el poder, pero con las mismas reglas construidas por Pinochet y sus Chicago Boys, que nunca fueron sustancialmente cambiadas, tendiendo un manto de supuesto progreso y estabilidad política. Luego, debieron entregar, como estaba acordado, la presidencia a la derecha.